Tras el interrogatorio que le hice a una gacela sobre el trabajo de Camilla Engman, una muchahca nacida en Trollhättan Suecia, mis conclusiones son las siguentes: Es divertido platicar con animales astutos. Las pinturas de Camilla son tremandemente conmovedoras y enigmáticas. La paleta de color que utiliza y las expresiones de sus personajes un tanto burdos con ojos de misterio, transmiten nostalgia, inquietud y un no se qué, que, qué se yo. Con pocos elementos crea atmósferas cautivadoras que te hacen sentir extraño, lleno de pelos de pintura acrílica.
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