sábado, 2 de mayo de 2009

Elvis Pelvis.

El año pasado escribí una reseña de una película que era parte de la selección oficial de ficción del FICCO pasado, fuí muy condescendiente, mis papas y mi hermano el más criticón la fueron a ver sólo por que escribí sobre ella, no les gustó la película y a mí tampoco, pero quería que publicaran la reseña y ser leído por algunos cuantos fans del cine. A mi amigo Oscar que es muy fan del cine, si le gustó y también fue por que leyó lo que escribí, que les comparto a continuación.



El tema de Elvis es tan recurrente en el cine y ha vagado de un género a otro, que pensar en hacer una película más, cuyo contenido tenga que ver con el rey del rock, parecería un lugar común. A pesar de esto Kevin Aduaka, un nigeriano establecido en Inglaterra que desertó de la ingeniería para dedicarse de lleno al cine, se arriesga y de manera poco convencional se aleja de los estándares de glamour que exige el cine industrial, de los típicos clichés de películas temáticas y de los paradigmas narrativos para presentarnos Elvis Pelvis, su ópera prima, un drama de relaciones paradójicas que lleva la rebelión, el descontento, el coraje y la redención a niveles inhumanos.

Elvis Pelvis está dividida en dos partes: "The Suite", en donde con un severo y claustrofóbico realismo -con reminiscencias del experimentalismo ansioso de Harmony Korine y su grano reventado- Aduaka narra en cortas pero contundentes escenas con escasos diálogos, las catástrofes posteriores al difícil día de cumpleaños de Elvis; un niño londinense de color, con apenas diez años de edad, admirador de Jimi Hendrix, que tiene que lidiar con un regalo de cumpleaños impuesto, el atuendo de la figura clásica del rock&roll resultado de la tiránica obsesión de su padre, un estricto policía violador fascinado con el legado cultural y musical de Elvis Presley.

"The Messiah" es la segunda parte. Aquí, con el mismo tono de crudeza, ahora en blanco y negro, pero siendo fiel a su estilo narrativo, cuenta la triste historia de Derek (tal vez el mismo Elvis diez y siete años después quien busca redimirse) un ex presidiario huérfano, desequilibrado mental y también fanático de Jimi Hendrix, quien hace creer a un anciano, enfermo terminal de cáncer, que es su hijo.

Construida a partir de pequeñas escenas muy bien escogidas que van en un in crecendo dramático, el director plantea rápida y eficazmente los personajes, las situaciones y su entorno. Elvis Pelvis muestra eventos cruciales en los que, la quietud y la introspección de los personajes los aleja de lo ordinario y expone, de manera perturbadora, dos historias francamente viscerales y cercanas, que muestran los mecanismos animales con que los hombres siguen rigiéndose, utilizando las pasiones y el instinto como excusa perfecta para la aplicación de la justicia.

Homogénea en su forma y fondo, apegándose a la aspereza y desesperanza temática de Lucas Moodysson, y con destellos de la notable admiración por la forma de los primeros trabajos de Jim Jarmush, Elvis Pelvis es una película concreta y vigorosa que aborda con seriedad y buen tino, enérgicas actuaciones y un estilo visual al que no estamos acostumbrados, los estragos siempre fatales de cualquier forma de fanatismo, las situaciones límite a que orilla la soledad y de paso nos regala una escena maravillosa que sólo el cine pudo hacer posible: una plática acogedora entre Elvis y Jimi Hendrix vigilados por una imagen del Sagrado Corazón puesta de cabeza, tal como el mundo en el que se desenvuelve esta historia.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Buena película


öscar