miércoles, 30 de diciembre de 2009

Chuck Berry.


Una noche de 1956, durante una actuación en el Paramount Theatre de Nueva York, a Chuck Berry le pareció que su traje estaba demasiado arrugado. Para disimularlo, se dedicó a recorrer de arriba a abajo el escenario a pequeños saltitos sobre una pierna, cosa que los asistentes y críticos denominaron como "duck walk". Había nacido el "paso del pato", y desde entonces Berry siguió repitiéndolo por los escenarios del mundo, como una parte más del ritual de su rock.
Chuck Berry nació en California en enero de 1926, hecho que le convirtió junto con Bill Halley, un año más joven, en el rockero más veterano de la primera promoción. Aprendió a tocar la guitarra siendo muy joven y formó su primer grupo en un reformatorio, al que había ido a parar por un temprano intento de robo, Cuando volvió a su casa, empezó a trabajar en una fábrica de motores a la vez que realizaba cursilos para convertirse en peluquero de señoras. Casado y padre de dos hijos, decidió tomarse la música en serio y se descubrió a sí mismo como un experto sintetizador de sueños juveniles que concentraba en pocos versos y un escaso pero ruidoso número de acordes.
Así nacerían himnos juveniles tan permanentes como Roll Over Beethoven, Carol, Maybelline, Memphis Tennessee o Johnny Be Good. Era el hombre que mejor conocía los secretos de una adolescencia que él había dejado atrás hacía tiempo. Sweet Little Sixteen o School Days son muestra de esos romances juveniles: las salidas en pandilla, el primer coche, los reventones de la época y aquellos románticos primeros amores.
Pero en la vida real, Chuk era padre de dos hijos, dueño de su propio club y aficionado a las infidelidades amorosas que acabaron llevándole a la cárcel. Los años que pasó allí significaron un cambio drástico en su vida: su familia se había disuelto, el club había cerrado y los modelos musicales en los cuales había basado su trabajo habían cambiado radicalmente. Intentó sin éxito hacer nuevos rocks y terminó como atracción en un hotel en Las Vegas. Por fin, en 1972, consigió con My Ding-a-ling su primer número uno.

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