martes, 25 de septiembre de 2012

No a la Reforma Laboral

Siglo XIX.

En los peldaños más altos de la escala social, el mundo elegante del siglo XIX era un lugar glorioso. Sin embargo, para las mujeres y hombres que trabajaban el panorama era muy distinto. Las condiciones en las fábricas y los talleres eran muy duras. Algunas mujeres se veían obligadas a trabajar doce o catorce horas al día, seis o incluso siete días a la semana. Charles Dickens, los filósofos políticos Karl Marx y Friedrich Engels, y el reformista y periodista Henry Mayhew se opusieron abiertamente a las injusticias y a la explotación que hacían progresar los negocios del siglo XIX. Tras investigar los sistemas de las fábricas, Mayhew llegó a la conclusión de que el maldito sistema era el culpable de la destrucción de la vida familiar: los salarios que ofrecían a las mujeres eran tan bajos que, para poder sobrevivir, muchas se veían en la necesidad de dedicarse a la prostitución, en lugar de poder pasar tiempo de calidad con sus hijos. El trabajo ofrecía pocas compensaciones a los trabajadores, que muchas de las veces eran mujeres y niños. Éstos le dedicaban las mismas horas que los adultos. Los sueldos eran bajos y las condiciones, peligrosas.

Han pasado más de ciento sesenta años de las patéticas, criminales e inhumanas condiciones laborales mencionadas arriba, y la mayoría de los mexicanos, comodísimos, dejándose lavar el cerebro por La Voz México, diviriténdose con los "comentarios cotorros y atinados" del imbécil homófobo de Esteban Arce, satisfaciendo momentáneamente su status quo con su bonito iphone que compraron en la Telcel de Antara por que tienen un puestazo de Director Ejecutivo en una empresa que dentro de seis meses cambiará de nombre.

¿Qué se necesita para que todos esos machos mexicanos que se madrean llenos de rabia contra otra porra cuando pierde su equipo de fútbol, despierten y luchen por sus derechos laborales?

¿En verdad necesitamos estar más hundidos en la mierda, sin seguro social, sin pensión, sin un centavo para comer, sin un techo donde pasar la noche y con el pito de Beltrones bien adentro en el culo, para exigirle a los hijos de puta que tienen (a la mala) el poder, que legislen pensando en la dignidad de la gente que los mantiene con vida?

¿En serio quieres seguir ganando seis mil pesos al mes, hacer dos horas y media a tu casa viajando  en el metro en peores condiciones que las de un pollo a punto de morir mientras esos hijos de puta, encabezados por el rey de las mierdas (Fecal, quien parece estar provocando al pueblo con su pinche Reforma laboral) y el mariconsito de Peña Nieto se burlan de ti y de tus nulas posibilidades de progreso y de una vida feliz y digna?

¡No a la Reforma laboral! ¡No a la imposición! ¡Muerte a todos esos hijos de puta!



Ya basta de canciones, marchas y plantones, ya es hora de guillotinar a esos cabrones.

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