jueves, 8 de octubre de 2009

Travelling Somewhere.


La primera impresión al escucharlos es un caos de ritmos incomprensibles, sin embargo, desde ese instante, lo penetrante de los metales se te queda impregnado en las venas, en los tímpanos. No por nada se llaman Brotherhood of Breath, una agrupación proveniente del África, que nos reafirma que el ser humano tiene sus orígenes ahí. En la amplitud de la sabana, en la armonía animal.


Por un lado Travelling Somewhere es un disco extravagante y divertido que nos muestra la anarquía del free jazz; mandriles felices montados en cebras que han perdido la cordura. Por otro lado, por la potencia de los metales, lo hacen un disco violento y dramático, como las coreografías unísonas y espontáneas de las estampidas de los impalas perseguidos por el hambre de las leonas. La adrenalina concentrada en el dedo índice de un cazador que está pronto a jalar el gatillo, la angustia del elefante al sentir el plomo atravesando su gruesa piel.


Inmediatez de sensaciones.

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