jueves, 14 de octubre de 2010

Artemio Rodríguez, otra vez.

En la galería José María Velasco que se encuentra en la calle de Peralvillo 55 en la colonia Morelos, (mero enfrente de las famosas migas, que la verdad no están tan buenas pero es de las pocas oportunidades de comer sopa con cuchara de madera) se presenta desde el tres de octubre y hasta el catorce de noviembre, la escueta pero excelente exposición El Trinfuo de la Muerte, un grabado monumental y otras obras, con trabajos del impresionante, crítico, satírico y meticuloso grabador micho-angelino Artemio Rodríguez.


Dice Alfredo Matus, director de la galería, que en una primera lectura sobre el trabajo de Artemio, se ve la seguridad con que usa la gubia, y posteriormente la tinta y el papel, posibilitándole ejecutar composiciones abigarradas y de gran fuerza, aparentemente caóticas. No obstante, en el recorrido visual del todo nos parecen congruentes e integradas, debido a su experimentada y tenaz factura y por que concatena con cada pieza, con sumo tino, diversas texturas visuales, distribución, posición y tamaño de las formas, interacciones de símbolos y figuras reconocibles, generando entonces festines para nuestros ojos, asombrósos festines diría yo.

Vale la pena darse una vuelta para conocer el taller gráfico móvil, el más reciente proyecto de Artemio: un camioncito de la Chevrolet de los años setenta, recuperado e intervenido por el mismo Artemio cuya misión es llevar a la gente de la frontera y a poblados marginados un taller de gráfica con herramientas incluidas, cine y diversas actividades artísticas.

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