martes, 17 de mayo de 2011

Minjin Lee

Un artista tiene obsesiones.



Un artista debe tener una imaginación más allá que la de un contador público o el cajero del supermercado.


Un artista es observador.



Un artista tiene la capacidad de elegir los colores adecuados y una necesidad nata de desafiar la realidad.



El trabajo de un artista no tienen porque ser aburrido e intelecoide y lleno de simbolismos y referencias que sólo cierto público entiende.

Por todo lo anterior, Minjin Lee, una prominente ilustradora estudiante de la School of Visual Arts de Nueva York va por buen camino.

1 comentario:

ana dijo...

va por buen camino. sí