

Un artista debe tener una imaginación más allá que la de un contador público o el cajero del supermercado.

Un artista es observador.


Un artista tiene la capacidad de elegir los colores adecuados y una necesidad nata de desafiar la realidad.


El trabajo de un artista no tienen porque ser aburrido e intelecoide y lleno de simbolismos y referencias que sólo cierto público entiende.

1 comentario:
va por buen camino. sí
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